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Posicionamiento de Marca
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Artículo por:

Equipo Siente Cinco
date_range 24/10/2024

1. ¿Qué es el Posicionamiento de Marca?

El posicionamiento de marca es la estrategia que define cómo una marca quiere ser percibida por su audiencia en comparación con sus competidores. Se trata de establecer una imagen clara y única en la mente del consumidor, destacando aquellos atributos que diferencian a la marca y aportan valor.

El posicionamiento no se centra únicamente en los aspectos tangibles de un producto o servicio (como sus características o precio), sino que también incluye los aspectos intangibles (como la percepción de calidad, las emociones que genera, y la identidad de la marca).

2. Influencia en el Crecimiento y Construcción de Marca

El posicionamiento impacta directamente en el crecimiento de la marca porque establece un marco coherente que guía la comunicación y la interacción con el público objetivo. Cuando el posicionamiento está bien definido, la marca puede diferenciarse en el mercado, lo que facilita su reconocimiento y preferencia por parte de los consumidores.

En el proceso de construcción de marca, el posicionamiento actúa como una brújula que orienta todas las decisiones estratégicas y tácticas, desde el diseño de la identidad visual hasta el tono de la comunicación y el desarrollo de productos o servicios. Una marca con un posicionamiento claro:

  • Conecta emocionalmente con sus clientes.
  • Crea consistencia en todos los puntos de contacto.
  • Genera credibilidad y confianza.
  • Aumenta la lealtad del cliente.

3. Eje de Posicionamiento: Racional vs. Emocional

El eje de posicionamiento se puede ver como un espectro con dos extremos: el racional y el emocional. En la práctica, una marca debe encontrar su equilibrio ideal entre ambos extremos, dependiendo de su mercado, competencia y propósito.

  1. Posicionamiento Racional: Se enfoca en los elementos tangibles y funcionales que una marca puede ofrecer. Aquí, el mensaje se basa en aspectos que son cuantificables y lógicos, como:
    • Infraestructura: La capacidad física y tecnológica.
    • Producto: Características, calidad, y rendimiento.
    • Servicio: Atención al cliente, postventa, etc.
    • Proceso: Eficiencia, seguridad, protocolos.

    Este enfoque busca satisfacer necesidades básicas y expectativas concretas del consumidor. Por ejemplo, en sectores industriales o tecnológicos, un posicionamiento racional es fundamental para demostrar robustez, precisión o seguridad.

  1. Posicionamiento Emocional: Se centra en los aspectos subjetivos e intangibles de la marca. Aquí, la marca se construye sobre valores, creencias y experiencias que generan una conexión emocional con el consumidor. Se basa en:
    • Propósito: La razón de ser de la marca y su impacto en la sociedad o el mundo.
    • Experiencia: Lo que los consumidores sienten al interactuar con la marca.
    • Personalidad: La forma en la que la marca se expresa, se comporta y es percibida.

    Al diseñar un posicionamiento emocional de manera estratégica, las marcas pueden crear una conexión más auténtica y duradera en el tiempo con sus consumidores. A diferencia de el posicionamiento racional, que se centra en características y beneficios funcionales, este enfoque busca crear una resonancia emocional profunda que va más allá de la compra, promoviendo lealtad y pertenencia de marca.

4. Incidencia Estratégica y Diseño del Eje de Posicionamiento

El eje de posicionamiento no es estático; se diseña estratégicamente para alinearse con los objetivos y misión de la marca, y para construir vínculos significativos con los consumidores. Encontrar el equilibrio entre lo racional y lo emocional depende de:

  • La industria y la competencia: En mercados altamente funcionales o B2B, un posicionamiento más racional puede ser fundamental, mientras que en productos de consumo masivo o marcas lifestyle, la emocionalidad puede ser la clave para diferenciarse.
  • Las necesidades y deseos del cliente: El análisis de las motivaciones del cliente es clave para definir qué tanto énfasis poner en cada extremo. Por ejemplo, si un consumidor busca seguridad y eficiencia en un banco, la marca debe tener un componente racional fuerte; pero si quiere una experiencia de confianza y proximidad, la marca deberá inclinarse hacia lo emocional.
  • Estrategias de branding y comunicación: El diseño de la identidad visual y verbal, la narrativa de marca, la experiencia del cliente, y la propuesta de valor deben ser consistentes con el posicionamiento elegido. La combinación de atributos racionales con emocionales crea marcas más poderosas, capaces de generar lealtad y diferenciación.

El posicionamiento de una marca es la forma en la que ésta se presenta ante sus consumidores y cómo se diferencia en el mercado. Un eje de posicionamiento bien diseñado, que equilibre los aspectos racionales y emocionales, permite conectar más profundamente con los usuarios y consumidores, logrando no solo satisfacer necesidades funcionales, sino también forjar un vínculo emocional y crear un sentido de pertenencia y propósito. Este equilibrio, por lo tanto, es fundamental para construir una marca sólida y preparada para crecer de manera sostenida.

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